miércoles, 22 de abril de 2009


El Loco Manzanares

Su nombre completo fue Celerino Manzanarez Gomes y nació en Tlaquiltenango, Morelos, el 13 de febrero de 1892 producto de la relación de don Vicente Manzanares y doña Ignacia Gomes.

Campesino como la mayoría de su tiempo, pero pudo aprender a leer y escribir. Se casó, antes del conflicto armado, con la señora Aeropagita Alvear con quien procrea a sus dos hijos, Roberto y Maura.

Al iniciar la Revolución se dio de alta el 20 de marzo de 1911 con el general Lorenzo Vázquez y estuvo con él hasta agosto de 1916, fecha en la que Vázquez es dado de baja del Ejército Libertador por órdenes de Zapata.

Al general Celerino Manzanares le apodaban El Loco, tal vez porque nació en febrero, pero también eran conocidos sus arranques de valiente y acciones fuera de lo común. Tal fue su carácter bromista que al mismo Emiliano Zapata le escondió su sable. “¡Dame mi sable, Loco chingao, donde lo metiste!”, dicen que dijo Emiliano. Por eso algunos creen que Zapata lo bautizo como El Loco.

Manzanares asistió al sitio y toma de Jojutla del seis de abril de 1912 contra las fuerzas maderistas, hecho en que los rebeldes salieron airosos. Era sábado de Gloria, por eso Zapata creía que atacar esos días era de buena suerte.

Entre 1914 y 1916, Manzanares tuvo su cuartel en lo que fue la casa de la familia Reyna de Tlaquiltenango (hoy jardín de niños Luz María Serradel). Hasta aquí ostentaba el grado de coronel.

El ultimo combate librado por su guerrilla y otros generales como Gabriel Mariaca; el recién ascendido a coronel, Elpidio Perdomo García; coronel Juan Rojas Torres; Anselmo Hernández; general Pedro Saavedra; coronel Federico Figueroa Romero y otros, es planeado en el cerro El Jilguero el 4 de noviembre de 1919. Deciden atacar a los carrancistas apostados en Tlaquiltenango que estaban bajo los órdenes del capitán Mateo Lizárraga. El combate se inicia en el punto llamado La Maroma al día siguiente, durando de las seis de la mañana hasta las seis de la tarde. En este hecho de armas Anselmo Hernández cayó mal herido y quedó semiparalítico debido a las heridas en la columna vertebral. Los zapatistas deciden retirarse, debido a la superioridad numérica y de que le llegaron más refuerzos al enemigo.



Después de la muerte de Zapata, Manzanares se unifica con las fuerzas obregonistas el ocho de mayo 1920. Se incorpora al Ejercito Nacional donde le reconocen el grado de general brigadier. En el año de 1925 tuvo una hija con Elpidia Rodríguez, hermana del general Eutimio Rodríguez Flores, de nombre Inés.

Por chismes e intrigas Celerino da muerte a otro militar en la ciudad de Cuernavaca. Es recluido por esta causa en la prisión militar de Santiago Tlaltelolco, de la ciudad de México.
Por el año de 1929 muere Elpidia, y Manzanares liberado de prisión por unos compadres árabes, llega a san Nicolás Obispo (hoy Galeana, municipio de Zacatepec, Mor.) en compañía de su hija Inés. Es recibido en la casa de don Wenceslao Carrillo, padre de la zapatista Esperanza Carrillo. En este pueblo conoce a la señora Efrén Alvear con quien vive en pareja. La razón por la que Celerino vivió en Galeana fue porque militares enviados por el general Joaquín Amaro Domínguez deseaban asesinarlo para vengar la muerte del militar que el había acribillado en Cuernavaca y en Tlaquiltenango no se sentía seguro.

En julio de 1932 visita a su compadre Juan Vergara Ramírez, padrino de bautizo de Inés, a quien le deja bajo su cuidado a esta ultima. Manzanares había comenzado a sentirse enfermo físicamente y su salud no presagiaba nada bueno. El alcoholismo crónico que padecía mostraba sus secuelas.

Los últimos días de agosto cae finalmente en cama y después de un mes de convalecencia, muere el 27 de septiembre de ese mismo año en Galeana, municipio de Zacatepec, en la casa de sus padrinos de bautizo, don Carmen Valle y Cayetana Quiroz. Su sobrino político Bartolo Rodríguez Zúñiga, entonces de 22 años, quien lo vio morir, viaja a Tlaquiltenango para avisar a sus familiares. Hubo un conato de violencia, pues los familiares deseaban trasladar el cuerpo a su pueblo natal y los amigos de Galeana querían sepultarlo en este lugar. La intervención de Fortino Valle resolvió el asunto.

Los restos del general Celerino Manzanares Gomes descansan en la capilla posa que esta al sureste del edificio del convento de santo Domingo de Guzmán de Tlaquiltenango, Morelos. En esa misma tumba se encuentran los restos del general Eutimio Rodríguez. En su memoria, en Tlaquiltenango, una colonia y la escuela del mismo lugar, así como en Galeana, una calle, llevan su nombre.


14 comentarios:

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  2. Respuestas
    1. EN SERIO, ERES DE TLAQUILTENANGO, SI ES ASI, QUIEN ES TU FAMILIA ACTUAL APARTE DE LOS MANZANARES, YO LOS CONOCOSCO A TODOS (LOS MANZANARES). SALUDOS

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  3. ERA MI TIO, YO SOY DE TLAQUILTENANGO, MI MAMA SE APELLIDA MANZANARES.

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  4. Mi bisabuelo le salvó la vida al General en una batalla. Cuenta la historia familiar que los gachupines estaban atacando más fuerte y lo hirieron de muerte, mi bisabuelo, Camerino Sánchez, estaba escapando cuando lo escucho tirado en el suelo llamando por ayuda. Mi bis lo ayudó y escaparon de una muerte segura. Más tarde Zapata mandó llamar a mi bisabuelo para ofrecerle un cargo el cual rechazó, conformándose con continuar apoyando en la lucha como lo había hecho hasta ese momento.

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  5. Era mi bisabuelo y creo que lo loco y revoltoso se ha heredado jiji

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  6. Ya veo de donde saco lo Loca haha era padrede mi abuela 👵🏼 👼👼🙏🏼

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  7. El Era Mi Tatarabuelo,Era El Papá De Mi Abuelito Roberto Manzanares Y Manzanares Es Con Z No Con S (:

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  8. Mi abuelo era Bartolo Rodriguez Zuñiga quien vio morir a don Celerino Manzanarez y yo vivi con mi abuelo hasta los 15 años el murio a los 110 años de edad Soy Ruben Omar Rodriguez Rojas mi padre Eutimio Rodriguez Rios .por cierto mi esposa es Navia Manzanarez Lopez ,tatara nieta de don celerino Manzanarez .tengo muchas historias relatadas por mi abuelo de la revolucion .

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  9. Tengo la oportunidad de vivir en Galeana en la calle Pedro Amaro, aquí a un lado de donde vivo está la hija de la señora con la cual vivió Don Celerino M. Y me cuenta como era querido aquí y que aún después de su muerte en el mercado de jojutla le reconocían y regalaban frijol y otros víveres reconociendola como la pareja de Don Celerino tuvo mucho apoyo y afecto.

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